Tratamiento periodontal



La salud dental integral, no involucra sólamente al propio diente, si no también a los tejidos que lo rodean y le dan soporte. Esto último es lo que recibe el nombre de periodonto. Como ya hemos comentado se incluye en esta denominación a la encía, ligamento periodontal, cemento dental y hueso alveolar.

Una vez que se ha diagnosticado correctamente la existencia de algún problema periodontal, por medio de las pruebas correspondientes, como pueden ser radiografías, sondaje, inspección visual,etc, se debe realizar su tratamiento con el objetivo de detener el avance de la enfermedad.

Todo tratamiento periodontal suele comenzar primeramente con una limpieza convencional como las que se realizan en todos los pacientes regularmente. De esta manera se elimina toda la placa y el sarro más superficial. Así se consigue que las encías comiencen a desinflamarse, recuperando su color, tamaño y textura habituales en condiciones de salud.

Es en este momento cuando se dan técnicas de higiene específicas para este tipo de tratamientos, como son el uso de cepillos interdentales y clorhexidina, entre otras.

A partir de aquí se realiza el tratamiento específico para la enfermedad periodontal, que se denomina raspaje y alisado radicular. Se realiza con instrumentos específicos denominados curetas. Consiste en limpiar toda la profundidad del espacio existente entre la encía y el propio diente, alrededor de toda su superficie.

 

 

 

Lo habitual suele ser realizarlo por cuadrantes, es decir, se trabaja en una cuarta parte de la boca por sesión. Después de la correspondiente anestesia local, como ya se comentó, se limpia en profundidad, eliminando el sarro y la placa de la superficie radicular de los dientes. De esta forma se consigue dejar una superficie limpia, lisa y dura, que permitirá a los tejidos periodontales, recuperar su estado de salud.

 

Como en cualquier tratamiento odontológico, pero especialmente en este, es fundamental para el éxito, que el paciente siga unas medidas de higiene exhaustivas. El tabaco puede afectar negativamente a los resultados, especialmente si el consumo está por encima de los 10 cigarrillos al día.

 

 

En algunos casos es necesario complementar el tratamiento con el uso de antibióticos sistémicos o aplicados localmente entre la encía y el diente.

En esta fase básica del tratamiento, el postoperatorio suele ser bastante favorable, con molestias leves, los primeros días y cierta sensibilidad dental ocasional.

En casos complejos,y donde la enfermedad ha avanzado más, puede ser necesario realizar posteriormente una segunda fase denominada "quirúrgica". Se exponen las superficies radiculares para tener un mejor acceso y se remodelan los tejidos para mejorar el pronóstico de la enfermedad y también facilitar la higiene por parte del paciente.